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> Alberto Arizu (p)

Vinos con los aromas de los árboles

Una charla informal con el ingeniero Alberto Arizu (padre), durante una de las presentaciones de la bodega Luigi Bosca - Familia Arizu, permitió enterarnos de fragmentos de una vida dedicada a la vitivinicultura siguiendo la herencia de sus antecesores.  

La familia Arizu tiene una marcada herencia Europea, cuyo origen data del siglo XVIII, en un pequeño pueblo llamado Unzue, en el país Vasco,.  En 1890 Leoncio Arizu llega a la Argentina en busca de nuevas oportunidades  y en 1901 funda la bodega en Mendoza. Ahí deciden aunar esfuerzos con la familia Bosca, otra antigua y próspera familia originaria del Piamonte, Italia y fundan lo que hoy conocemos como Bodega Luigi Bosca - Familia Arizu.

El legado de Leoncio Arizu continúa hoy, luego de 114 años, en manos de sus nietos y bisnietos que mantienen esa tradición de producir grandes vinos. Los Arizu han sido protagonistas de grandes cambios de la vitivinicultura nacional, incluso participando activamente en la fundación de la primera D.O.C. de la Argentina, en 1989: la Denominación de Origen Luján de Cuyo.

“Mi abuelo y mi padre son los iniciadores. Mi padre acá y mis abuelos en España. Teníamos unas 50 hectáreas. La mitad eran viñedos y el resto eran frutales y ovejas.  En 1893 vinieron a la Argentina, pero desde 1640 pasaron distintas generaciones de los Arizu. Próximamente voy a Madrid, a Pamplona y desde allí a Unzué, de donde eran mis abuelos. Me encanta hablar con la gente del lugar, allí soy uno de ellos. Mi abuelo era de un paraje que se llamaba Puente de La Reina y después se transformó en pueblo”.

Alberto empezó en la industria en 1964. “Llevo 50 años en esto, soy ingeniero agrónomo y enólogo. Me dediqué de lleno a la vitivinicultura siguiendo la herencia de mis antecesores.

-¿Cuáles fueron desde entonces los grandes cambios en la elaboración?

“Que la investigación le puso nombre a cada cosa. Lo otro era intuición. Pero igual se hacían unos vinos extraordinarios. Con las nuevas tecnologías, hay parámetros o pautas que se siguen y facilitan lograr los objetivos de la producción. Los métodos de añejamiento y las condiciones de elaboración también cambiaron. Por ejemplo, el suelo en Mendoza era muy árido, los pisos de las bodegas eran de tierra, sin aire acondicionado. Pero sacaban unos vinos de aquéllos. Los vinos de antes tenían los aromas de los árboles”.

“Mi abuelo decía: caminá despacio pero caminá siempre”. Así lo recuerda este ariano nacido el 1° de abril, emprendedor, enérgico y perseverante, líder natural, cuando está convencido de algo lo sigue hasta el final.

-¿Qué espera del futuro?

“Soy de la época de Leonardo Favio. Los abuelos de mi madre, que se llamaban Ferraris, hacían continuamente viajes a Italia, estaban 6 meses y volvían. Los nietos de los Ferraris tenían una casa en Luján de Cuyo que se llama La Gioconda, donde nació mi madre. La compró mi tío, el hermano de mi madre, después se las dio a dos hermanas mujeres, después se la compramos a mi tía, actualmente la estoy tratando de reconstruir para volver a darle el estilo italiano auténtico. Un lugar muy mío, donde también he vivido. Hubo dos casas muy importantes en mi infancia, la otra era 1910 y ésta de 1930. La idea es tenerla como residencia para disfrutarla con mi gente, con los amigos.” 

-Entre vinos y espumantes, ¿cuál fue el rubro que le dio más satisfacciones?

“Ambos nos dieron una gran satisfacción, ya que el desarrollo y el crecimiento de los vinos y los espumantes fueron trabajados con la calidad y el profesionalismo al que estamos acostumbrados en Luigi Bosca. Pero, sin dudas, el que más se ha destacado es nuestro Luigi Bosca Malbec D.O.C 2013. Que fue seleccionado por la prestigiosa revista estadounidense Wine Spectator como uno de los 100 vinos más destacados de este año a nivel mundial. Este ranking anual, que se hace desde 1988, honra a las bodegas, las regiones y las añadas que se destacan especialmente en los cinco continentes y esto para nosotros ha sido de un gran orgullo.”

D.V

 

 

 


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