> Fervor

No es una parrilla común y corriente aunque su fuerte son las carnes a las brasas, el identikit de la cocina argentina. Su ubicación, muy próxima a la Recoleta y el ambiente, una casona antigua decorada con elegancia, marcan la diferencia. Se aprecia desde la recepción, con un cómodo sofá para esperar si hace falta y una antigua estufa a leña reciclada. El salón, con su entorno de espejos, los sofás de cuero rojo contra la pared, el piso en damero, un colgante con cubiertos de acento kitch y las mesas amplias y confortables con sus manteles blancos son una muestra de sofisticación. Muy concurrida por gente famosa de todos los ámbitos, hace suya la poesía de Jorge. L. Borges en Fervor de Buenos Aires, cuando dice: “la brisa trae corazonadas de campo, dulzura de las quintas, memoria de los álamos”, reminiscencias que la vida urbana no logra desechar.

Uno de sus puntos fuertes es el empleo de carne madurada en seco con hueso, logrando que se evapore la humedad, lo que reduce el peso e incrementa el sabor. Así las proteínas y las grasas se transforman y alcanzan el máximo de terneza, requisito que luego se potencia en los fuegos de la parrilla al carbón. Para los fans de la vaca, hay bife de chorizo, de tres tamaños (200 gramos, $248), ojo de bife (400 gramos, $ 376) y un llamativo lomo en pieza entera, con perfume de romero y ajo y vegetales la parrilla, especial para mesas concurridas de 4 o más personas. Antes se pueden probar apetitosas entradas como los buñuelos de acelga, el revuelto Gramajo o la lengua a la vinagreta, bien porteños. Sin olvidar la empanada santiagueña cocinada en horno de barro, y la salchicha parrillera y el chorizo caseros.

Pero como este restó invita a repetir la experiencia y usted no va a ser la excepción, en una de ellas por lo menos es casi obligatoria la parrillada de mar, un prodigio de sabores que incluyó en nuestro caso mero, lenguado, salmón blanco, calamarettis, langostinos y pulpo, más alguna espinita viajera.  Otro acierto, la inclusión de medias porciones para todo, hasta de la rica parrillada de vegetales que se sirve también como guarnición ($ 144). Un aporte relevante es la atención, mozos de profesión, que acompañan tanto en el servicio como en los registros fotográficos para la historia.  ¿Postres? Rogel ($ 154), volcán de naranja ($ 174), imperdibles helados caseros y bastante más.  

Y de último momento, Fervor acaba de inaugurar su terraza en el segundo nivel del restaurante, un espacio moderno y descontracturado para seguir disfrutando del menú durante un mediodía de sol o de noche, bajo las estrellas. Con 18 años en el mercado los hermanos Waissman lideran el exitoso Grupo Sottovoce que además de los locales de Recoleta y Puerto Madero, agregan El Burladero, La Taberna y 6to (11-09-2016).

http://www.fervorbrasas.com.ar

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